Combinar tipografías es como combinar la ropa que nos vamos a poner: la tipografía es el traje que les ponemos a las palabras.

Una misma palabra con dos tipos de letra diferentes, es decir, vestida con trajes distintos, puede evocar una emoción completamente distinta.

Este ejemplo está muy visto, pero me viene muy bien para ilustrar este efecto:

Como ves, la tipografía comunica un mensaje que va más allá de lo que dicen las propias palabras.

En este otro ejemplo vemos dos tipos de letra que no tienen nada que ver, ni desde el punto de vista formal ni por su intención comunicativa:

Queda claro que Bodoni y Lobster no pegan y es complicado que encajen en un mismo diseño porque sería incoherente, ya que ambas tipografías compiten por la atención del usuario.

Además de tener formas completamente distintas, transmiten mensajes completamente diferentes. Bodoni grita una cosa y Lobster grita (o canta) otra. Son dos tipografías principales: si existe una, ya no puede existir la otra.

Si se trata de combinar prendas de ropa, un personal shopper te diría que primero elijas una pieza principal y después añadas otras que la equilibren y contrasten con coherencia. La clave está en mantener un estilo armónico, jugando con texturas y colores que se refuercen entre sí sin competir.

Y eso es lo que vamos a aprender a hacer a lo largo de este artículo. Bueno, vamos a aprender a combinar tipografías, pero espero que cada vez que elijas la ropa que te vas a poner, te acuerdes de este artículo.

  1. Cuántas tipografías usar en un diseño
  2. Cuándo usar más de una tipografía
  3. Primero elige el tipo de letra principal
  4. Busca tipografías que complementen a la principal
  5. Combina tipografías con estructura y forma similares
  6. Combina tipografías contrastadas
  7. Equilibra el color tipográfico
  8. Diferencia entre compatibilidad y similitud
  9. Conoce la historia y el contexto de las tipografías
  10. Usa una única familia de fuentes
  11. Usa una superfamilia
  12. Empareja tipografías de la misma fundición
  13. Combina tipografías del mismo diseñador
  14. Lo que siempre me preguntan sobre combinar tipografías

Cuántas tipografías usar en un diseño

Otra metáfora que se usa mucho cuando se habla de tipos de letra es que la tipografía es la voz de las palabras. 

Si cada tipo de letra tiene una voz, cuantas más tipografías uses, más voces habrá compitiendo por la atención. Y ya sabemos que en la web, la atención del usuario es muy escasa y necesitamos toda la atención posible para llevarlo a la conversión: a que compre o se suscriba, por ejemplo.

Por lo tanto, como regla general, utilizaremos el menor número de tipos de letra posible (uno o dos, como mucho). 

Cada elemento que añadimos a un diseño, favorece el caos, así que si prefieres tener menos oportunidades de equivocarte, te recomiendo que tengas una buena razón para añadir un tipo de letra más a tu diseño.

Por supuesto, podemos usar más voces, como en un coro, pero para eso tenemos que conocer el objetivo específico que tiene cada tipo de letra y tenemos que saber combinarlas con armonía, que es lo que vamos a aprender en este artículo.

Consejo: Cada fuente que añadas debe cumplir una función específica. Si no tienes una razón clara para añadir una tipografía más, no lo hagas: cada elemento extra es una oportunidad de equivocarte..

Cuándo usar más de una tipografía

Hay situaciones en las que es necesario complicarse un poco la vida y usar más de una tipografía:

  • Cuando la tipografía del logo o de los títulos no funciona en tamaños pequeños. Algunas tipografías son perfectas para un logotipo o un titular a tamaño grande, pero pierden legibilidad en párrafos largos. Por ejemplo, una Playfair Display o una Prata, que tienen mucho contraste en trazos finos, puede quedar elegante en los títulos, pero en cuerpo de texto se vuelve frágil y difícil de leer. Siempre que usemos una tipografía display, tendremos que combinarla con una tipografía secundaria, más legible, para los párrafos.
  • Cuando necesitamos diferenciar niveles de jerarquía. Los distintos niveles de encabezados, el cuerpo de texto y los elementos funcionales (botones, menús, etiquetas) tienen que diferenciarse visualmente. Veremos que hay otras maneras de hacerlo, pero es muy práctico en este caso combinar tipografías para guiar al lector y estructurar la información.
  • Cuando buscamos contraste intencional. En branding, a veces se quiere enfatizar el contraste entre partes de un mismo mensaje. Por ejemplo, una marca que combina una tipografía sans serif moderna para su nombre con una serif elegante para el eslogan. En este caso, la combinación es parte de la estrategia de comunicación.
  • Cuando necesitamos cubrir distintos idiomas o escrituras. Hay tipografías que solo incluyen caracteres latinos. Si el proyecto requiere símbolos matemáticos o alfabetos no latinos (cirílico, griego), hay que elegir una tipografía complementaria que complete el set de caracteres y mantenga coherencia visual.
  • Cuando el diseño exige versatilidad. En proyectos complejos, como un periódico o una revista digital, una sola tipografía no cubre todas las necesidades: titulares, subtítulos, cuerpo de texto, pies de foto, tablas, etc. Ahí la combinación tipográfica es fundamental.

Consejo: Combina varias tipografías cuando la fuente principal no pueda resolver todas las funciones del diseño, ya sea por limitaciones técnicas (tamaño, legibilidad, set de caracteres) o por estrategia de comunicación (jerarquía, contraste, tono de marca).

Primero elige el tipo de letra principal

Como el personal shopper que primero elige la prenda principal y después las prendas complementarias, la primera tipografía que elijas será la que establezca el estilo que va a tener el resto de tipos de letra que incluyas en el sistema. 

Esta tipografía va a unificar el mensaje que quieres transmitir y va a servir como referencia para tomar las decisiones posteriores.

Para elegir el resto de tipos de letra, te vas a fijar en la geometría, el contraste, las proporciones y los rasgos particulares de los glifos de esta tipografía.

Pero ¿qué tipografía elegimos primero? ¿La de los títulos, la de los párrafos o la del texto funcional? Esta decisión va a depender del tipo de sitio web que estemos diseñando.

Si el objetivo principal es impactar, imprimir un carácter muy distinguido, comunicar una marca con mucho carácter, elegiremos primero el tipo de letra para los títulos. En los títulos es donde mejor vamos a poder explayarnos en este sentido.

Al tener un tamaño de letra mayor, los títulos suelen tener una buena legibilidad aunque usemos tipos de letra con mucho contraste (mucha diferencia de grosor en los trazos de la letra) o una altura de la x más reducida.

Por eso, en los títulos, podemos usar tipos de letra que sean más singulares, que tengan formas especiales y más diferentes que las que se consideran más legibles, que al final son todas muy parecidas porque deben respetar el estándar, por ejemplo, de lo que es una letra «a».

Si el objetivo principal es la lectura, elegiremos primero el tipo de letra para los párrafos. En los párrafos debemos ceñirnos a una elección que tenga en cuenta la buena legibilidad por encima de la diferenciación: caracteres que se distingan bien, poco contraste en los trazos, curvas abiertas o altura de la x generosa, entre otras características. Si quieres saber más, lee el artículo sobre accesibilidad tipográfica y legibilidad.

Si el objetivo principal es la interacción, elegiremos primero el tipo de letra para texto funcional. En este caso, es aún más importante que el tipo de letra sea legible porque el tamaño de texto funcional suele ser aún más pequeño que el de los párrafos. Se trata del texto de los menús, de los botones y de otros elementos de interacción, que son cruciales para que el usuario navegue y para conseguir la conversión en un sitio web.

Consejo: Elige tu tipografía principal según el objetivo del proyecto: títulos si buscas impactar, párrafos si priorizas la lectura, texto funcional si prima la interacción. No elijas un tipo de letra sin tener en cuenta a qué elementos lo vas a aplicar ni qué función tendrá.

Objetivo principalTipografía a elegir primeroQué priorizar
Impactar (branding fuerte)TítulosCarácter, diferenciación, contraste visual
LecturaPárrafosLegibilidad: altura de la x generosa, curvas abiertas, etc.
InteracciónTexto funcional (botones, menús)Máxima legibilidad en tamaños pequeños

Busca tipografías que complementen a la principal

Permíteme una metáfora más, ya que estamos: las notas musicales.

Las notas musicales que están demasiado próximas generan disonancia. Pero si las notas están separadas, dentro de una misma escala, aparece la armonía. Un conjunto tipográfico funciona como un coro: necesita variedad de voces y también polifonía. Por eso conviene elegir fuentes que no resulten tan parecidas que se confundan entre sí, ni tan distintas que choquen de forma incómoda.

Si usamos dos tipografías que se parecen mucho, el usuario lo puede percibir como un error. Parece que nos hemos equivocado al seleccionarla. El usuario quizá no sepa por qué, pero estará molesto, le resultará incómodo. En ese caso, es mejor usar una única tipografía.

Si vemos este diseño y somos capaces de detectar que los títulos, los párrafos y los botones tienen tipografías distintas, lo que pensaremos es que ha habido un error en la elección.

En este caso la mayoría de la gente no se dará cuenta de que son tres tipos de letra diferentes, porque en este ejemplo, para que se entienda mejor, he elegido tres tipografías que se parecen demasiado. Pero aunque no te des cuenta de qué ocurre, notarás que hay algo raro en el diseño y será algo molesto, aunque no sepas decir exactamente qué es.

Esto en diseño siempre es así. Si tomas cualquier decisión, que se note. Si vamos a elegir dos tipografías, mejor que no se parezcan tanto. 

Algo importante que debes tener presente siempre al combinar tipografías es el contexto de uso: puede que encuentres una tipografía que vaya muy bien con la tipografía principal que hayas elegido primero, pero si ambas van bien para títulos, no valen, ya que necesitas que una de las dos se lea bien en los párrafos.

O si has seleccionado una tipografía principal pensando en los párrafos, puede que necesites que la segunda que elijas sea más interesante visualmente, si la vas a usar en los títulos. 

Consejo: Elige tipografías que contrasten por su forma pero que compartan intención comunicativa, que tengan el mismo tono. Es un error combinar dos tipografías que se parezcan mucho, porque parece un despiste y genera malestar en el usuario. Tampoco combines dos opuestas en tono, porque emiten mensajes contradictorios (a no ser que lo hagas a propósito).

Combina tipografías con estructura y forma similares

Combinar tipografías de forma armónica favorece la consistencia visual y evitamos distraer al usuario de la lectura. Si el usuario encuentra inconsistencias, seguramente se va a distraer y vamos a impedir que cumpla el objetivo de conversión.

La armonía de esta combinación de tipografías se consigue cuando las formas y la estructura de los caracteres están relacionadas.

Para saber si dos tipos de letra funcionan bien juntos, usa la matriz de geometría y contraste.

Las tipografías que están en la misma columna comparten la misma estructura y funcionarán bien juntas. Las tipografías que están en la misma fila son más difíciles de emparejar.

Primero encuentra tipografías con estructuras comunes y después fíjate en otros aspectos de las formas de las letras. Amplía el tamaño y fíjate en letras concretas de cada una de las tipografías que podrías combinar. 

Busca que los caracteres tengan similares la altura de la x, la altura de las mayúsculas, y los ascendentes y descendentes. Compara las contraformas de la «e» o de la «a», la barra transversal de la «t» o el ojo de la «g», las terminales de la «f» o el asta central de la «M». 

No todos los rasgos serán iguales, pero serán compatibles porque has elegido la misma forma base.

Consejo: Busca un esqueleto común: altura de x, proporciones, contraformas, terminaciones. Si la base coincide, la combinación será armónica. Mezclar estructuras muy distintas (dinámica + geométrica, por ejemplo) es más complejo y requiere mayor criterio, aunque no es imposible si ambas comparten proporciones.

Combina tipografías contrastadas

Al combinar tipografías contrastadas, rompemos la monotonía del texto y es más fácil de escanear.

El reto está en encontrar fuentes que tengan suficiente contraste pero que sigan guardando una relación entre sí, para que la combinación resulte armónica.

Si emparejas tipografías de los extremos de una misma columna de la matriz, estás eligiendo tipografías con el mismo esqueleto pero con niveles de contraste opuestos, uno alto y otro bajo. 

También puedes jugar con otras escalas, como el peso (más fina o más negrita) y la anchura de la letra (más ancha o más estrecha). 

Si emparejas tipografías en diagonal dentro de la matriz, el contraste se acentúa por la forma.

Otra forma eficaz de contraste es emparejar una serif con una sans serif. Para asegurar la armonía, busca parejas que compartan el mismo esqueleto. Una serif «racional» como Domine convivirá perfectamente con una sans serif «racional» como Work Sans.

Consejo: Aplica la regla del contraste obvio. Si vas a usar dos tipografías, que la diferencia sea evidente: serif elegante + sans funcional, o light + black de la misma familia. Evita las diferencias sutiles que parecen accidentales y las diferencias extremas, que compiten por atención.

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Equilibra el color tipográfico

En tipografía, «color» no es el color cromático, sino la «mancha» de texto, el «gris»: la densidad visual que percibimos cuando miramos un bloque de texto a cierta distancia. 

Esa «mancha» depende de varias variables: peso (grosor), tamaño aparente (altura de la x), ancho de la letra, espaciado entre letras y palabras, e interlineado.

Al combinar fuentes en un mismo contexto (dentro de una frase o en el mismo bloque), es importante que tengan un color y una proporción similares.

Me refiero, por ejemplo, a los fragmentos de código que insertamos dentro de frases, o los subtítulos que van en serif junto a párrafos en sans serif.

Si un elemento (por ejemplo, el código monoespaciado) tiene un «color» claramente más oscuro, rompe la textura y salta a la vista, restando fluidez y coherencia. La idea es igualar ese «color» para que ese texto no destaque demasiado y se integre mejor en el párrafo. Vamos, para que no parezca un pegote.

Cuando combines dos tipografías diferentes en un mismo párrafo, valora ajustar sus tamaños. Aunque dos tipografías compartan un mismo «cuerpo» (por ejemplo, 24px), rara vez tendrán exactamente el mismo tamaño aparente. Fíjate, por ejemplo, si insertas negritas sans serif de una tipografía dentro de un texto corrido con serif compuesto con otra distinta.

Consejo: Cuando mezcles tipografías en un mismo bloque, iguala el «color tipográfico» (la densidad visual del texto), ajusta el tamaño óptico, no el tamaño en píxeles, para que el resultado visual sea homogéneo, sin saltos que rompan la lectura fluida. 

Diferencia entre compatibilidad y similitud

Un círculo y un rectángulo son formas muy distintas, pero ambas pertenecen al mismo universo geométrico: proporciones matemáticas, regularidad, exactitud. No son similares, pero sí compatibles.

En cambio, un círculo comparado con una elipse dibujada a mano puede parecer similar, porque ambas son formas redondeadas, pero en realidad no comparten la misma base: el círculo es estrictamente geométrico, mientras que la elipse manual transmite irregularidad y gesto caligráfico. En este caso, son similares en apariencia, pero no compatibles en construcción.

Con las tipografías pasa lo mismo: para que sean compatibles no hace falta que se parezcan, basta con que compartan la misma lógica de construcción.

  • Ejemplo de combinación de dos tipografías geométricas: Lexend Deca y Righteous. Lexend Deca tiene formas geométricas redondeadas y proporciones optimizadas científicamente, mientras que Righteous es una tipografía display construida desde formas geométricas básicas pero con peso negrita y proporciones más dramáticas y mucho impacto visual. A simple vista no se parecen demasiado: una es más funcional, la otra es más expresiva, pero ambas son geométricas en su esencia y por eso se entienden bien en un mismo sistema visual. 
  • Ejemplo de combinación de dos tipografías racionales: Work Sans y JetBrains Mono. Work Sans fue diseñada específicamente para interfaces digitales con una construcción sistemática y modular, mientras que JetBrains Mono es una tipografía monoespaciada pensada para programación y una diferenciación muy clara de caracteres. A simple vista no se parecen demasiado, ¿verdad? Una es una sans serif, la otra es monoespaciada, pero ambas son racionales en su esencia y por eso se entienden bien en un mismo sistema visual. 
  • Ejemplo de combinación de dos tipografías dinámicas: Libre Baskerville y Source Sans 3. Libre Baskerville es una fuente serif con alto contraste y detalles elegantes, mientras que Source Sans 3 es una sans serif de diseño abierto y sin tanta modulación en sus trazos. Este contraste crea una jerarquía visual clara, donde la serif aporta personalidad y la sans aporta neutralidad, facilitando la lectura y la diferenciación entre títulos y cuerpo de texto. A simple vista no se parecen demasiado, pero ambas son dinámicas en su esencia y por eso se entienden bien en un mismo sistema visual.

Consejo: Prioriza la compatibilidad sobre la similitud. Las tipografías muy similares no aportan jerarquía y las que se parecen mucho pero tienen estructuras distintas, generan fricción visual.

Conoce la historia y el contexto de las tipografías

Antes de combinar dos tipografías que funcionan bien desde el punto de vista formal, conviene detenerse en su historia

La mayoría de tipografías no nacen de manera abstracta: se diseñan por encargo, con un objetivo concreto y dentro de un contexto histórico determinado. Entender ese contexto te ayuda a usarlas con criterio y a combinarlas de manera coherente.

Una tipo puede ser formalmente compatible con otra, pero si una nació para señalizar carreteras y la otra para títulos solemnes en monumentos clásicos, quizá la mezcla resulte extraña. 

Como diseñador, tienes que saber lo que cada tipografía trae consigo: cuál fue su propósito original, cómo se usó en su época y qué asociaciones culturales despierta hoy. Eso no significa que debas limitarte a reproducir ese contexto. Contrastar una tipografía histórica con otra moderna puede ser muy eficaz, siempre que seas consciente del mensaje que estás creando.

Un ejemplo muy usado en webs de moda de lujo es la combinación de Didot con Helvetica. De primeras parecen opuestas: Didot nació en la Francia ilustrada del XVIII, con todo el refinamiento editorial y aristocrático de su época, mientras que Helvetica se creó en la Suiza de posguerra como símbolo de neutralidad y comunicación corporativa. Son dos mundos que culturalmente chocan, pero formalmente se entienden: ambas responden a una lógica racional, sistemática, y por eso el dramatismo de Didot se equilibra tan bien con la sobriedad de Helvetica. Esa tensión entre lo clásico y lo moderno es justo lo que buscan muchas marcas de lujo hoy.

Consejo: Revisa el origen y el propósito de la tipografía (señalética, libro o branding, por ejemplo) y úsala con intención narrativa: que su historia sume a tu mensaje. Evita mezclar contextos opuestos sin motivo. Si contrastas, que sea a propósito y con roles bien definidos.

Usa una única familia de fuentes

Si usas una familia que tenga una amplia variedad de fuentes, con anchos y pesos contrastados, tienes la garantía de que van a funcionar bien juntos.

Es el lugar más fácil y seguro donde buscar parejas.

Combinar una fuente de texto regular con, por ejemplo, un peso negrita condensado de la misma familia, introducirá un contraste radical pero complementario. Y tienes la garantía de que las dos fuentes pegan porque son de la misma familia, ¡cómo no van a pegar!

Te aseguras de que la combinación va a funcionar, porque las letras comparten rasgos de diseño. Te lo pones fácil, pero no renuncias a la oportunidad de añadir jerarquía y carácter a la combinación.

Un ejemplo muy bueno es la web de Penpot, que usa Work Sans para todo. En escritorio, usa cuerpo 32px y negrita 700 para los títulos, 18px redonda 400 para los párrafos y 16px negrita 500 para el texto de los botones. Para añadir un poco más de identidad y jerarquía, acompaña los títulos con recursos gráficos (o motifs).

Usa una única familia, Work Sans, pero al usar pesos y tamaños distintos, no necesita introducir más tipografías y con una sola consigue crear una jerarquía visual clara. 

Consejo: Una familia tipográfica completa puede resolver todas tus necesidades de jerarquía visual. Combina pesos, anchos y cursivas antes de buscar una segunda tipografía: es más limpio y garantiza la coherencia visual.

Usa una superfamilia

Una familia es el conjunto de variaciones de un mismo diseño tipográfico, que puede incluir distintos pesos (Light, Regular, Bold), anchos (Condensed, Extended) y, a veces, estilos como Italic u Oblique. Es el ejemplo anterior: Work Sans, que tiene Work Sans Light, Work Sans Semibold Italic, etc.

Una superfamilia va un paso más allá: es un sistema ampliado de familias diseñadas para convivir juntas. Incluye diferentes estilos tipográficos (serif, sans serif, slab serif, incluso scripts o versiones display), son varias familias distintas que comparten un ADN común, que garantiza la compatibilidad. 

Por ejemplo, algunas superfamilias que puedes combinar con total seguridad:

  • PT: Sans, Serif y Mono
  • Merriweather: Merriweather y Merriweather Sans
  • IBM Plex: Mono, Sans, Serif, Sans JP y KR
  • Source: Sans Pro, Serif Pro y Code Pro
  • Noto: Sans, serif, Sans Mono, Serif Display, etc. Como curiosidad, esta es la superfamilia más extensa que existe, está pensada para cubrir todos los alfabetos.

Consejo: Si necesitas versatilidad, elige una superfamilia (sans + serif + monoespaciada del mismo diseño) y reparte roles: títulos, párrafos, código… Así, consigues jerarquía visual y te aseguras de que hay coherencia.

Empareja tipografías de la misma fundición

Muchas veces, las tipografías de una misma fundición combinan bien porque ya se diseña a propósito una tipografía pensando en otra. 

También algunas fundiciones hacen recomendaciones en su sitio web de tipografías que funcionan bien juntas.

Incluso puedes escribirles y preguntar: «Oye, voy a usar esta tipo para los títulos de mi web, ¿cuál me recomiendas que use para los párrafos?» Seguro que están encantados de ayudarte con la decisión. 

O, por ejemplo, puede que elijas una tipografía muy singular para diseñar un logotipo y luego, al diseñar la web, tengas dudas sobre qué categoría de fuente vendría mejor para componer los párrafos. Necesitas una tipo que sea legible, pero a la vez necesitas que vaya con el estilo que le quieres dar a la marca. Pues seguro que la fundición te puede ayudar a elegir.

Como diseñador debes desarrollar un criterio tipográfico propio y no depender de recomendaciones comerciales, pero si estás empezando, creo que es una buena idea dejarte ayudar. Claramente, la última decisión es tuya, ya que eres el responsable y quien va a saber mejor si la tipografía es la adecuada para el proyecto. Y asegúrate siempre de entender por qué funcionan las combinaciones, más allá de seguir la recomendación.

Yo, personalmente, a la hora de elegir una tipografía para una marca, prefiero elegir fundiciones independientes y no grandes marketplaces de tipografías. Así me garantizo cierta diferenciación y especialidad. Y, también, para este tipo de cosas, la comunicación con la empresa siempre va a ser más cercana, así que se puede hacer un trabajo más personal. Pero siempre priorizando la calidad tipográfica por encima de la diferenciación.

Consejo: Mira las recomendaciones de font pairing en la web de la fundición: suelen proponer combinaciones que funcionan dentro de su catálogo. Así ahorras tiempo de búsqueda y te garantizas un buen resultado.

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Combina tipografías del mismo diseñador

Esto no lo recomiendo como una práctica que tengas que seguir de manera sistemática, pero sí es cierto que cuando estoy buscando una tipografía para emparejar, si encuentro una que creo que puede ser adecuada y veo que es del mismo diseñador, me pongo contenta.

No es que sea una garantía de que vayan a combinar bien, pero es un buen punto de partida, porque es muy probable que ambas tipografías estén impregnadas de la impronta de la persona que las ha diseñado.

Por ejemplo, voy a citar a una leyenda viva, posiblemente el diseñador de tipos más influyente de las últimas cinco décadas: Matthew Carter. Sus tipografías Georgia y Verdana, ambas diseñadas para Microsoft, aunque una es serif y la otra sans serif, comparten proporciones generosas, gran altura de la x y optimización para pantalla. Carter les dio a ambas esa robustez característica y claridad extrema.

También podemos verlo en Myriad y Chaparral, dos tipos icónicas de la diseñadora Carol Twombly. Ambas tienen modulación orgánica, curvas abiertas y un aire humanista. Funcionan bien juntas porque comparten una misma lógica de construcción dinámica.

Consejo: Haz pruebas con las tipografías de un mismo autor para comprobar que funcionan bien juntas. No asumas que por ser del mismo diseñador van a encajar; siempre hay que probar cómo funcionan las tipografías en el contexto del diseño.

Ahora que conoces las claves, atrévete a probar combinaciones, a escuchar cómo dialogan y a decidir cuál refuerza mejor el mensaje que quieres transmitir. La tipografía es el traje que le ponemos a las palabras, pero eres tú quien decide el estilo con el que las vas a vestir.

Lo que siempre me preguntan sobre combinar tipografías

Aprovecho este artículo para contestar de forma concisa y definitiva a las preguntas más frecuentes sobre combinar tipografías.

¿Cuál es tu tipografía favorita?

No tengo una tipografía favorita; depende del proyecto. Una tipografía que funciona genial en un logotipo no tiene nada que ver con una para una interfaz de usuario o para un periódico digital.

¿Cuántas tipografías debo usar en una página web?

Lo recomendable es una o dos. Tres solo si hay una justificación muy clara (idiomas, jerarquías complejas o branding con una intención clara de contrastar).

¿Qué pasa si uso demasiadas tipografías en un mismo diseño?

El diseño pierde coherencia, distrae al usuario y reduce la legibilidad.

¿Qué tipografías combinan bien entre sí?

En general, funcionan bien las que comparten la misma lógica de construcción (geométrica, racional o dinámica), aunque contrasten en peso o estilo.

¿Cómo sé si dos tipografías son compatibles?

Compara su estructura (la altura de la x, las proporciones, las contraformas). Si el esqueleto es común, hay más probabilidad de armonía, pero es importante que no se parezcan demasiado como para que no se las pueda diferenciar a simple vista. Y recuerda tener siempre a mano la matriz de geometría y contraste.

¿Puedo usar una única tipografía en todo el sitio web?

Sí, siempre que tenga una familia amplia o sea parte de una superfamilia. Puedes crear jerarquía con pesos, tamaños y estilos sin necesidad de usar otro tipo de letra.

¿Qué diferencia hay entre fuente y tipografía?

La tipografía es el diseño (por ejemplo, Helvetica), mientras que la fuente es su materialización concreta, el archivo que se usa (por ejemplo, Helvetica Bold Italic).